En la página WEB del Día E El día del español presentan este año una relación de las diez primeras palabras clasificadas por orden alfabético tras la votación de más de cinco millones de internautas durante todo el día de ayer, sábado.
El Instituto Cervantes promotor de el día E asegura que la web acabó colapsada por la avalancha de votos de los internautas participantes en la elección de la palabra favorita de este año 2010.
Según otras fuentes periodísticas la competición estaba cerrándose en torno a cuatro palabras: "limón", "infinito", "gamusino" y "república". Cuándo colgaron un cartel en el que se leía:"Lo sentimos mucho. La página web del Día E está siendo saboteada”.
Al final nos ofrecen una lista, por orden alfabético, de las diez palabras más votadas desde que se abrió la campaña: Arrebañar, Cachivache, Gamusino, Infinito, Limón, República, Sueño, Tiquismiquis, Titipuchal y Tragaldabas.
Me quedo con Limón e Infinito, República no está mal, pero parece que esta última se debió a un claro interés por un grupo de internautas de dotar de cariz político a la votación.
En el apartado de “Ficcionario”, las que han registrado más seguidores, también ordenadas alfabéticamente, han sido: Cagatrochas, Carnácana, Chanfle, Cocoloco, Flaquigordis, Majoni, Nostrapacus, Obesionado, Ratógenes y Serpienton.
Que, francamente, no están nada mal y demuestran, a mi entender, la profusa imaginación de los más de trescientos millones de hispanoparlantes que todavía aman su lengua, la usan con fruición y contribuyen a su vivo desarrollo en el mundo.
Aún no salgo de mi asombro con el hecho de que se siga prohibiendo el Español en un tercio de la propia España. Quizás la explicación la tengan aquellas palabras de Juan de Mairena, ese intuitivo profesor apócrifo de Antonio Machado, ante sus alumnos de Retórica : Bien está que los españoles nos hayamos liberado en parte del ánimo chauvin que ensalza lo español por el mero hecho de serlo, pero una pérdida total de simpatía hacia lo nuestro va construyendo poco a poco en nuestras almas un aparato crítico que necesariamente ha de funcionar en falso y que algún día tendremos que arrumbar en el desván de los trastos inútiles.
Tendremos que estar un poco en guardia contra el hábito demasiado frecuente de escupir sobre todo lo nuestro, antes de acercarnos a ello para conocerlo, porque es muy posible que en España muchas cosas están mejor por dentro que por fuera _ fenómeno inverso al que frecuentemente observamos en otros países_ y que la crítica del previo escupitajo sobre lo nuestro, no sólo nos apartará de su conocimiento, sino que acabará por asquearnos a nosotros mismos.