AYUSO Y CASADO
Ayuso encontró una manera luminosa de responderle al sanchismo (y al podemismo). Casado no la ha encontrado: sus críticas, no siempre equivocadas, son como de cenizo. Ayuso sabe ser alegre en su dureza. A Casado solo le sale un tono bronco, áspero, atropellado y risible. Ayuso tiene un cuchillo afilado que destella al sol. Casado, un martillo de feria.